La ratita presumida
(Escenografía: se ve la casa de la ratita presumida, desde fuera. Debe tener unos pequeños escalones).
(Entra la Ratita Presumida vestida con un sencillo delantal, trae una escoba y con ella se pone a barrer delante de su casa).
RATITA.-
(Deja de barrer, mientras mira a un punto en el suelo).
-¿Qué es esto que brilla?
(Se agacha y lo coge).
-¡Es una moneda de oro!
(Mira a un lado y otro).
A alguien se le cayó, pero en este momento sola estoy yo.
(Y sin media palabra más, se guarda la moneda en su delantal).
(Sigue barriendo, como si nada hubiera pasado).
RATITA.-
Si en un rato no aparece nadie para reclamarla, me compraré algo con esta moneda de oro.
(Sigue barriendo. Cada vez que habla, deja de barrer; y cuando guarda silencio, barre).
RATITA.-
Parece que no viene nadie. -¿Y qué podré comprarme con la moneda? -¡Ya lo sé!, unos caramelos. No, no; las chuches producen caries y no quiero estropear mis bonitos y blancos dientes.
(Barre).
-¡Ya lo sé! Unas buenas agujas con las que coser y dejar bonito mi delantal. No, no; me podría pinchar con una de las agujas.
(Barre).
-¡Ya lo sé!, me compraré una rebeca nueva. El otro día vi una preciosa en la tienda que está en la plaza. -¡Eso haré!
(Y ni corta ni perezosa, deja su escoba apoyada en los escalones de su casa y sale de escena).
(Al poco rato, entra el Gallo).
GALLO.-
-¡Qué mala suerte!, hoy no está la Ratita Presumida barriendo delante de su casa. -¡Cachis!, da igual, daré un paseo y volveré dentro de un rato.
(Sale el Gallo).
(Entra un Cerdo).
CERDO.-
Por las bellotas de mi tío Abelardo, no está hoy la Ratita… -¡Bellotas podridas! Iré a comer algo y pasaré a ver si la veo.
(Sale el Cerdo).
(Entra la Ratita Presumida, lleva puesta su nueva rebeca; se la ve muy guapa).
(Enseguida entra el Gallo).
GALLO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gallo.
GALLO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
GALLO.-
Cuando llega la medianoche, grito a pleno pulmón: -¡kikiriki!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
GALLO.-
Pues te pierdes a un tipo bien guapo como yo.
(Sale el Gallo todo digno).
(Deja de barrer, mientras mira a un punto en el suelo).
-¿Qué es esto que brilla?
(Se agacha y lo coge).
-¡Es una moneda de oro!
(Mira a un lado y otro).
A alguien se le cayó, pero en este momento sola estoy yo.
(Y sin media palabra más, se guarda la moneda en su delantal).
(Sigue barriendo, como si nada hubiera pasado).
RATITA.-
Si en un rato no aparece nadie para reclamarla, me compraré algo con esta moneda de oro.
(Sigue barriendo. Cada vez que habla, deja de barrer; y cuando guarda silencio, barre).
RATITA.-
Parece que no viene nadie. -¿Y qué podré comprarme con la moneda? -¡Ya lo sé!, unos caramelos. No, no; las chuches producen caries y no quiero estropear mis bonitos y blancos dientes.
(Barre).
-¡Ya lo sé! Unas buenas agujas con las que coser y dejar bonito mi delantal. No, no; me podría pinchar con una de las agujas.
(Barre).
-¡Ya lo sé!, me compraré una rebeca nueva. El otro día vi una preciosa en la tienda que está en la plaza. -¡Eso haré!
(Y ni corta ni perezosa, deja su escoba apoyada en los escalones de su casa y sale de escena).
(Al poco rato, entra el Gallo).
GALLO.-
-¡Qué mala suerte!, hoy no está la Ratita Presumida barriendo delante de su casa. -¡Cachis!, da igual, daré un paseo y volveré dentro de un rato.
(Sale el Gallo).
(Entra un Cerdo).
CERDO.-
Por las bellotas de mi tío Abelardo, no está hoy la Ratita… -¡Bellotas podridas! Iré a comer algo y pasaré a ver si la veo.
(Sale el Cerdo).
(Entra la Ratita Presumida, lleva puesta su nueva rebeca; se la ve muy guapa).
(Enseguida entra el Gallo).
GALLO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gallo.
GALLO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
GALLO.-
Cuando llega la medianoche, grito a pleno pulmón: -¡kikiriki!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
GALLO.-
Pues te pierdes a un tipo bien guapo como yo.
(Sale el Gallo todo digno).
RATITA.-
-¡Menudo tonto!, -¿a quién se le ocurre ponerse a gritar a medianoche?
(Entra el Cerdo).
CERDO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Cerdo.
CERDO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
CERDO.-
Todas las noches, antes de acostarme, me paseo por toda la casa, gritando por si hay ladrones: -¡oink, oink!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
CERDO.-
Vaya con la presumida. Que sepas que hay unas cuantas cerdas que estarán encantadas de casarse conmigo.
(Sale el Cerdo).
RATITA.-
-¿A qué cochino se le ocurre pasearse por la casa gritando “oink, oink”?
(Entra un Perro).
PERRO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Perro.
PERRO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
PERRO.-
En cuanto llega la noche, me encanta ladrar, para desear las buenas noches a todo el vecindario. -¡Guau, guau!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
PERRO.-
No hay problema, Ratita; que en otro lugar querrán mis ladridos.
(Sale el Perro).
RATITA.-
-¡Qué vida de perros iba a llevar si me casaba con él!
(Entra un Ratón).
RATÓN.-
Ratita presumida, que guapa estás hoy.
RATITA.-
Vete de aquí, que no me casaré contigo, que eres más pobre que las ratas.
RATÓN.-
Pero si yo venía a avisarte que…
RATITA.-
Vete de aquí, que no comes sino del queso más barato.
RATÓN.-
Sólo venía a avisarte que se acercaba un…
RATITA.-
No me interesan tus avisos de pobre.
RATÓN.-
Vale, vale. -¡Vaya, si parece que las rebecas nuevas la ponen de mal humor!
(Sale el Ratón).
RATITA.-
Dicen mis amigas que es el mejor ratón del barrio… Si al menos tuviese un descapotable, o una casita en la playa… Menudo pobretón.
(Entra un Gato).
GATO.-
Ratita presumida, qué hermosa y elegante estás.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gato.
GALLO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
GALLO.-
Maullar suavemente y cantarte las más hermosas canciones. Y después, dormir y callar.
RATITA.-
Pues contigo, señor gato, me voy a casar.
GATO.-
Entremos en tu casa y hablemos de los planes para la boda, que todo tiene que estar muy bien preparado, para que nada falle.
RATITA.-
Veo que piensas en todo, señor Gato.
GATO.-
No lo sabes tu bien, ratita. Entremos en la casa, querida mía.
(Entran ambos en la casa).
RATÓN.-
(Que asoma por un rincón).
Esto no me gusta ni un pelo de gato.
(Sale).
GATO.-
(En off).
Ven aquí, rata tontorrona. Empecemos por el banquete de bodas… -¿Dónde te has escondido?
(La Ratita sale por la puerta de su casa).
RATITA.-
Socorro, socorro; el gato me quiere comer.
RATÓN.-
Ven aquí y escóndete.
(La Ratita se acerca hasta el lugar en el que está el Ratón).
RATÓN.-
Escóndete aquí y llama con todas tus fuerzas al gato.
(La Ratita se esconde cerca del Ratón).
RATITA.-
(En off).
-¡Señor Gato!, -¡dese prisa!, -¡que llegamos tarde al banquete!
(El Gato asoma desde la puerta de la casa. El Ratón se esconde también).
GATO.-
Será tontorrona, que aún no se ha dado cuenta de que el banquete es ella.
RATITA.-
(En off).
-¡Señor Gato!, -¡dese prisa!
(El Gato se acerca hasta el lugar en el que se esconden los otros dos).
GATO.-
-¿Dónde te escondes, preciosa mía?
(En ese momento, una red sale desde abajo y atrapa al Gato, que intenta escaparse, sin conseguirlo).
GATO.-
Querida Ratita, suéltame de aquí, si no, no podremos casarnos.
RATITA.-
Con usted señor Gato, no me casaré.
RATÓN.-
Vine a avisarte de que llegaba el gato, pero no me hiciste ni caso.
RATITA.-
Es usted muy valiente, señor Ratón.
RATÓN.-
En la vida hay que ser valiente, si no quieres que te coman los gatos.
RATITA.-
-¿Y no querría usted casarse conmigo?
RATÓN.-
-¿No se supone que tendría que pedirlo yo?
RATITA.-
-¿No dices que hay que ser valiente?
RATÓN.-
Contigo me casaré, Ratita querida… Adiós, señor Gato; ya avisaremos al señor Perro que usted lo está esperando por aquí.
(Salen la Ratita y el Ratón).
GATO.-
-¡Sardinas podridas!, espero que ese perro esté durmiendo la siesta.
(Escuchamos unos ladridos).
-¡Sardinas!, -¡está despierto!
(Entra el Perro).
PERRO.-
-¡Guau!, te buscaba amigo gato.
GATO.-
Me verás, pero no me cogerás.
(El Gato sale del lugar).
PERRO.-
Te cogeré, ya lo verás.
(Sale en pos del Gato).
(Al rato vuelven a hacer su aparición, el Gato gritando y el Perro ladrando. Entran y salen).
(Entra el Gallo).
GALLO.-
-¡Kikiriki!, esta historia termina aquí. La Ratita y el Ratón se dieron un beso y fueron felices comiendo queso. Y todos fueron felices…
(Entra el Gato, aún con la red).
GATO.-
-¿Pero qué dices?, yo no soy feliz.
(Sale el Gato. Se escuchan ladridos).
GALLO.-
Es verdad, todos fueron felices, menos el Gato, al que durante un tiempo, tocaron las narices.
-¡Kikiriki!, -¡que ya me fui!
(Sale el Gallo).
-¡Menudo tonto!, -¿a quién se le ocurre ponerse a gritar a medianoche?
(Entra el Cerdo).
CERDO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Cerdo.
CERDO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
CERDO.-
Todas las noches, antes de acostarme, me paseo por toda la casa, gritando por si hay ladrones: -¡oink, oink!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
CERDO.-
Vaya con la presumida. Que sepas que hay unas cuantas cerdas que estarán encantadas de casarse conmigo.
(Sale el Cerdo).
RATITA.-
-¿A qué cochino se le ocurre pasearse por la casa gritando “oink, oink”?
(Entra un Perro).
PERRO.-
Ratita presumida, qué guapa estás hoy.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Perro.
PERRO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
PERRO.-
En cuanto llega la noche, me encanta ladrar, para desear las buenas noches a todo el vecindario. -¡Guau, guau!
RATITA.-
No. No me casaré contigo, que por las noches me asustarás.
PERRO.-
No hay problema, Ratita; que en otro lugar querrán mis ladridos.
(Sale el Perro).
RATITA.-
-¡Qué vida de perros iba a llevar si me casaba con él!
(Entra un Ratón).
RATÓN.-
Ratita presumida, que guapa estás hoy.
RATITA.-
Vete de aquí, que no me casaré contigo, que eres más pobre que las ratas.
RATÓN.-
Pero si yo venía a avisarte que…
RATITA.-
Vete de aquí, que no comes sino del queso más barato.
RATÓN.-
Sólo venía a avisarte que se acercaba un…
RATITA.-
No me interesan tus avisos de pobre.
RATÓN.-
Vale, vale. -¡Vaya, si parece que las rebecas nuevas la ponen de mal humor!
(Sale el Ratón).
RATITA.-
Dicen mis amigas que es el mejor ratón del barrio… Si al menos tuviese un descapotable, o una casita en la playa… Menudo pobretón.
(Entra un Gato).
GATO.-
Ratita presumida, qué hermosa y elegante estás.
RATITA.-
Muchas gracias, señor Gato.
GALLO.-
Ratita, -¿te quieres casar conmigo?
RATITA.-
Y por las noches, -¿qué harás?
GALLO.-
Maullar suavemente y cantarte las más hermosas canciones. Y después, dormir y callar.
RATITA.-
Pues contigo, señor gato, me voy a casar.
GATO.-
Entremos en tu casa y hablemos de los planes para la boda, que todo tiene que estar muy bien preparado, para que nada falle.
RATITA.-
Veo que piensas en todo, señor Gato.
GATO.-
No lo sabes tu bien, ratita. Entremos en la casa, querida mía.
(Entran ambos en la casa).
RATÓN.-
(Que asoma por un rincón).
Esto no me gusta ni un pelo de gato.
(Sale).
GATO.-
(En off).
Ven aquí, rata tontorrona. Empecemos por el banquete de bodas… -¿Dónde te has escondido?
(La Ratita sale por la puerta de su casa).
RATITA.-
Socorro, socorro; el gato me quiere comer.
RATÓN.-
Ven aquí y escóndete.
(La Ratita se acerca hasta el lugar en el que está el Ratón).
RATÓN.-
Escóndete aquí y llama con todas tus fuerzas al gato.
(La Ratita se esconde cerca del Ratón).
RATITA.-
(En off).
-¡Señor Gato!, -¡dese prisa!, -¡que llegamos tarde al banquete!
(El Gato asoma desde la puerta de la casa. El Ratón se esconde también).
GATO.-
Será tontorrona, que aún no se ha dado cuenta de que el banquete es ella.
RATITA.-
(En off).
-¡Señor Gato!, -¡dese prisa!
(El Gato se acerca hasta el lugar en el que se esconden los otros dos).
GATO.-
-¿Dónde te escondes, preciosa mía?
(En ese momento, una red sale desde abajo y atrapa al Gato, que intenta escaparse, sin conseguirlo).
GATO.-
Querida Ratita, suéltame de aquí, si no, no podremos casarnos.
RATITA.-
Con usted señor Gato, no me casaré.
RATÓN.-
Vine a avisarte de que llegaba el gato, pero no me hiciste ni caso.
RATITA.-
Es usted muy valiente, señor Ratón.
RATÓN.-
En la vida hay que ser valiente, si no quieres que te coman los gatos.
RATITA.-
-¿Y no querría usted casarse conmigo?
RATÓN.-
-¿No se supone que tendría que pedirlo yo?
RATITA.-
-¿No dices que hay que ser valiente?
RATÓN.-
Contigo me casaré, Ratita querida… Adiós, señor Gato; ya avisaremos al señor Perro que usted lo está esperando por aquí.
(Salen la Ratita y el Ratón).
GATO.-
-¡Sardinas podridas!, espero que ese perro esté durmiendo la siesta.
(Escuchamos unos ladridos).
-¡Sardinas!, -¡está despierto!
(Entra el Perro).
PERRO.-
-¡Guau!, te buscaba amigo gato.
GATO.-
Me verás, pero no me cogerás.
(El Gato sale del lugar).
PERRO.-
Te cogeré, ya lo verás.
(Sale en pos del Gato).
(Al rato vuelven a hacer su aparición, el Gato gritando y el Perro ladrando. Entran y salen).
(Entra el Gallo).
GALLO.-
-¡Kikiriki!, esta historia termina aquí. La Ratita y el Ratón se dieron un beso y fueron felices comiendo queso. Y todos fueron felices…
(Entra el Gato, aún con la red).
GATO.-
-¿Pero qué dices?, yo no soy feliz.
(Sale el Gato. Se escuchan ladridos).
GALLO.-
Es verdad, todos fueron felices, menos el Gato, al que durante un tiempo, tocaron las narices.
-¡Kikiriki!, -¡que ya me fui!
(Sale el Gallo).
FIN
El gusanito
(Estamos en mitad del campo. A nadie se ve. Entra Gusanito que se arrastra por el suelo, lentamente).
(Cada vez que el Gusanito entra en escena, la atraviesa en su totalidad y sale por el extremo opuesto al que entró).
(Cuando lleva un rato con su avance, y desde el otro extremo entra Saltamontes, que se acerca al primer personaje).
SALTAMONTES.-
Hola pequeño, -¿hacia dónde vas?
GUSANITO.-
Anoche tuve un sueño.
SALTAMONTE.-
No está mal para ser un gusano. -¿Y…?
GUSANITO.-
En el sueño estaba en lo alto de la gran montaña y veía todo el valle. Fue todo tan bonito, que he decido ir hasta la montaña y realizar mi sueño.
SALTAMONTES.-
Estás loco, pequeñajo; la gran montaña está muy lejos y tu eres diminuto.
GUSANITO.-
(Comienza a caminar de nuevo).
Llegaré si me esfuerzo lo suficiente.
SALTAMONTES.-
-¿No te das cuenta de que es imposible? Una simple piedra será una montaña inmensa y un agujero en el suelo será un valle imposible de cruzar.
GUSANITO.-
Tengo que intentarlo.
(Sale Gusanito).
SALTAMONTES.-
-¡Estás loco, gusano!
(El Saltamonte sale por el centro).
(Vuelve a entrar el Gusanito, lentamente).
ESCARABAJO.-
(En off, cuando Gusanito lleva un rato con su acción de avanzar).
-¿Se puede saber a dónde vas?
GUSANITO.-
Hacia la gran montaña.
(Entra el Escarabajo).
ESCARABAJO.-
La gran montaña, es muy grande y está lejos, muy lejos.
GUSANITO.-
Tuve un sueño y en él yo llegaba a la gran montaña.
ESCARABAJO.-
Los sueños, sueños son; gusano loco.
GUSANITO.-
Prefiero ser loco que estar todo el día con la cara hacia abajo. Adiós escarabajo.
(Sale Gusanito).
ESCARABAJO.-
-¿Y qué tiene de malo mirar hacia abajo? Así ves lo que está en el suelo.
(Mira en la dirección en la que salió el gusano).
Pobre gusanito loco.
(Sale por el centro).
(Entran una Rana y el Saltamontes).
RANA.-
No te puedo creer.
SALTAMONTES.-
Yo salto y salto, pero nunca miento, ni lo intento.
(Entra Gusanito, con su esfuerzo, y se le ve más cansado).
Mira, ahí viene.
RANA.-
(Que se acerca a Gusanito).
-¿Es cierto que quieres llegar a la gran montaña para poder ver todo el valle?
GUSANITO.-
Ese es mi sueño.
SALTAMONTES.-
-¿Está loco o no lo está?
RANA.-
Nunca llegarás. Eres más pequeño que yo y yo jamás lo he intentado.
GUSANITO.-
Y si no lo has intentado, -¿cómo sabes que no llegaré?
SALTAMONTES.-
-¿Te dije o no te dije?
RANA.-
No lo he intentado porque soy razonable.
GUSANITO.-
Dejadme. Es mi sueño.
(Sale Gusanito).
RANA.-
Mi sueño es comerme una mosca tan grande como un saltamontes.
SALTAMONTES.-
-¿No querrás comerme, verdad?
RANA.-
No eres una mosca.
SALTAMONTES.-
Pero soy tan grande como un saltamontes.
RANA.-
Porque eres un saltamontes.
SALTAMONTES.-
Como intentes comerme, te monto una plaga.
RANA.-
Me estás dando sueño.
SALTAMONTES.-
-¿También tu tienes un sueño?
RANA.-
(Qué ríe).
Esa si que es buena… -¡Un sueño!
SALTAMONTES.-
(Ríe. Imita al Gusanito).
Dejadme. Es mi sueño.
RANA.-
Que se convertirá en su pesadilla.
(Salen ambos con sus risas).
(Entra Gusanito que avanza por la escena hasta llegar al centro de la misma, lugar en el que se detiene un instante).
GUSANITO.-
Estoy muy cansado… Muy cansado. Debo seguir. Mi sueño es mío y prefiero morir antes que dejar de intentarlo.
(Sigue avanzando hasta que sale de escena).
(Durante un tiempo en el que la escena permanece vacía, suenan truenos y si existieran posibilidades técnicas la escena se iluminará, como si resplandecieran los rayos en ella).
(Entran Rana y Saltamontes).
RANA.-
-¡Menuda tormenta!
SALTAMONTES.-
La mayor que hemos tenido nunca.
RANA.-
-¿Qué habrá sido del gusano loco?
SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
(Entra Escarabajo).
ESCARABAJO.-
-¿Sabéis algo del gusanito que tenía un sueño?
RANA y SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Yo no imagino nada. Soy un escarabajo y sólo miro hacia abajo.
RANA.-
Seguro que algún día, encontrarás su cuerpito enterrado en el barro.
ESCARABAJO.-
-¿Creéis que ha muerto?
RANA.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Precisamente por imaginar cosas ha muerto ese gusano. Lo mejor es tener siempre los pies en el suelo, y a ser posible también la cara.
SALTAMONTES.-
Cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en suerte.
RANA.-
La vida es como es, y ningún gusano la cambiará jamás.
(Escuchamos una risas de alegría).
(Volando sobre los tres personajes entra una Mariposa, que cuando habla, reconocemos por su voz que es el Gusanito que se ha transformado en mariposa).
MARIPOSA.-
-¡Puedo volar!, -¡ahora alcanzaré mi sueño!
RANA.-
-¡El gusano se ha vuelto mariposa!
ESCARABAJO.-
-¡Qué poca vergí¼enza!, si uno es gusano, siempre debe seguir siéndolo.
MARIPOSA.-
-¡Adiós amigos!, la montaña me espera. Un nuevo mundo se abre ante mi.
(Sale Mariposa).
ESCARABAJO.-
-¡No sigas adelante; volverás a morir!
RANA.-
Los jóvenes creen que con volar se arregla todo.
SALTAMONTES.-
-¡Si tienes los pies en el suelo, estarás siempre seguro!
(Una red inmensa atrapa a los tres personajes).
NIÑO.-
(En off).
Mamá, he atrapado a tres bichos.
MADRE.-
(En off).
-¿Y qué vas a hacer con ellos?
NIÑO.-
(En off).
Los meteré en una caja.
(Sale la red con los tres personajes).
MADRE.-
(En off).
-¡Bichos!, -¿cuándo sentarás la cabeza?
(La Mariposa atraviesa la escena y sale).
SALTAMONTES.-
Hola pequeño, -¿hacia dónde vas?
GUSANITO.-
Anoche tuve un sueño.
SALTAMONTE.-
No está mal para ser un gusano. -¿Y…?
GUSANITO.-
En el sueño estaba en lo alto de la gran montaña y veía todo el valle. Fue todo tan bonito, que he decido ir hasta la montaña y realizar mi sueño.
SALTAMONTES.-
Estás loco, pequeñajo; la gran montaña está muy lejos y tu eres diminuto.
GUSANITO.-
(Comienza a caminar de nuevo).
Llegaré si me esfuerzo lo suficiente.
SALTAMONTES.-
-¿No te das cuenta de que es imposible? Una simple piedra será una montaña inmensa y un agujero en el suelo será un valle imposible de cruzar.
GUSANITO.-
Tengo que intentarlo.
(Sale Gusanito).
SALTAMONTES.-
-¡Estás loco, gusano!
(El Saltamonte sale por el centro).
(Vuelve a entrar el Gusanito, lentamente).
ESCARABAJO.-
(En off, cuando Gusanito lleva un rato con su acción de avanzar).
-¿Se puede saber a dónde vas?
GUSANITO.-
Hacia la gran montaña.
(Entra el Escarabajo).
ESCARABAJO.-
La gran montaña, es muy grande y está lejos, muy lejos.
GUSANITO.-
Tuve un sueño y en él yo llegaba a la gran montaña.
ESCARABAJO.-
Los sueños, sueños son; gusano loco.
GUSANITO.-
Prefiero ser loco que estar todo el día con la cara hacia abajo. Adiós escarabajo.
(Sale Gusanito).
ESCARABAJO.-
-¿Y qué tiene de malo mirar hacia abajo? Así ves lo que está en el suelo.
(Mira en la dirección en la que salió el gusano).
Pobre gusanito loco.
(Sale por el centro).
(Entran una Rana y el Saltamontes).
RANA.-
No te puedo creer.
SALTAMONTES.-
Yo salto y salto, pero nunca miento, ni lo intento.
(Entra Gusanito, con su esfuerzo, y se le ve más cansado).
Mira, ahí viene.
RANA.-
(Que se acerca a Gusanito).
-¿Es cierto que quieres llegar a la gran montaña para poder ver todo el valle?
GUSANITO.-
Ese es mi sueño.
SALTAMONTES.-
-¿Está loco o no lo está?
RANA.-
Nunca llegarás. Eres más pequeño que yo y yo jamás lo he intentado.
GUSANITO.-
Y si no lo has intentado, -¿cómo sabes que no llegaré?
SALTAMONTES.-
-¿Te dije o no te dije?
RANA.-
No lo he intentado porque soy razonable.
GUSANITO.-
Dejadme. Es mi sueño.
(Sale Gusanito).
RANA.-
Mi sueño es comerme una mosca tan grande como un saltamontes.
SALTAMONTES.-
-¿No querrás comerme, verdad?
RANA.-
No eres una mosca.
SALTAMONTES.-
Pero soy tan grande como un saltamontes.
RANA.-
Porque eres un saltamontes.
SALTAMONTES.-
Como intentes comerme, te monto una plaga.
RANA.-
Me estás dando sueño.
SALTAMONTES.-
-¿También tu tienes un sueño?
RANA.-
(Qué ríe).
Esa si que es buena… -¡Un sueño!
SALTAMONTES.-
(Ríe. Imita al Gusanito).
Dejadme. Es mi sueño.
RANA.-
Que se convertirá en su pesadilla.
(Salen ambos con sus risas).
(Entra Gusanito que avanza por la escena hasta llegar al centro de la misma, lugar en el que se detiene un instante).
GUSANITO.-
Estoy muy cansado… Muy cansado. Debo seguir. Mi sueño es mío y prefiero morir antes que dejar de intentarlo.
(Sigue avanzando hasta que sale de escena).
(Durante un tiempo en el que la escena permanece vacía, suenan truenos y si existieran posibilidades técnicas la escena se iluminará, como si resplandecieran los rayos en ella).
(Entran Rana y Saltamontes).
RANA.-
-¡Menuda tormenta!
SALTAMONTES.-
La mayor que hemos tenido nunca.
RANA.-
-¿Qué habrá sido del gusano loco?
SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
(Entra Escarabajo).
ESCARABAJO.-
-¿Sabéis algo del gusanito que tenía un sueño?
RANA y SALTAMONTES.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Yo no imagino nada. Soy un escarabajo y sólo miro hacia abajo.
RANA.-
Seguro que algún día, encontrarás su cuerpito enterrado en el barro.
ESCARABAJO.-
-¿Creéis que ha muerto?
RANA.-
Ya te puedes imaginar…
ESCARABAJO.-
Precisamente por imaginar cosas ha muerto ese gusano. Lo mejor es tener siempre los pies en el suelo, y a ser posible también la cara.
SALTAMONTES.-
Cada uno debe conformarse con lo que le ha tocado en suerte.
RANA.-
La vida es como es, y ningún gusano la cambiará jamás.
(Escuchamos una risas de alegría).
(Volando sobre los tres personajes entra una Mariposa, que cuando habla, reconocemos por su voz que es el Gusanito que se ha transformado en mariposa).
MARIPOSA.-
-¡Puedo volar!, -¡ahora alcanzaré mi sueño!
RANA.-
-¡El gusano se ha vuelto mariposa!
ESCARABAJO.-
-¡Qué poca vergí¼enza!, si uno es gusano, siempre debe seguir siéndolo.
MARIPOSA.-
-¡Adiós amigos!, la montaña me espera. Un nuevo mundo se abre ante mi.
(Sale Mariposa).
ESCARABAJO.-
-¡No sigas adelante; volverás a morir!
RANA.-
Los jóvenes creen que con volar se arregla todo.
SALTAMONTES.-
-¡Si tienes los pies en el suelo, estarás siempre seguro!
(Una red inmensa atrapa a los tres personajes).
NIÑO.-
(En off).
Mamá, he atrapado a tres bichos.
MADRE.-
(En off).
-¿Y qué vas a hacer con ellos?
NIÑO.-
(En off).
Los meteré en una caja.
(Sale la red con los tres personajes).
MADRE.-
(En off).
-¡Bichos!, -¿cuándo sentarás la cabeza?
(La Mariposa atraviesa la escena y sale).
El mayor tesoro
(Escena de campo, pueden verse algunos árboles y arbustos varios).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Ya se sabe que la avaricia es mala consejera.
(Suena el sonido del viento y se escucha a los lobos aullar en la lejanía).
Los lobos cantan a la muerte. Es un sonido que me causa escalofríos. Idénticos a los que sentí la primera vez que me contaron esta historia.
LABRADOR.-
(En off).
Este podría ser un buen lugar.
PRESENTADOR.-
Me voy. La muerte acecha y la historia ya ha comenzado. Un labrador se acerca, pues busca un lugar en el bosque en el que poder plantar sus hortalizas.
(Pausa).
-¿Y por qué en el bosque?
(Pausa).
De entrada, este labrador ya parece que es algo extraño.
(Sale el Presentador).
(Entra el Labrador, viene con un azadón al hombro).
LABRADOR.-
Aquí mis vecinos no me robarán las zanahorias. Si quieren zanahorias, que las planten ellos.
(Y sin decir nada más. Se emplea en preparar la tierra con su azadón, escarbando aquí y allá, hasta que de repente su azadón queda como clavado en la tierra).
LABRADOR.-
-¡Maldición!, -¡contra qué he dado?
(Deja su herramienta y escarba con sus manos entre la tierra).
-¡Muerte!
(Se aparta de un salto del agujero).
-¡Muerte!
(Se aleja unos pasos).
-¡Muerte!
(Entran tres personajes).
PERSONAJE 1.-
-¿Qué gritas, insensato?
LABRADOR.-
-¡Haciendo este agujero he encontrado un cofre de oro!
PERSONAJE 2.-
-¿Has encontrado un tesoro?
LABRADOR.-
Ayudadme a volver a enterrarlo.
PERSONAJE 3.-
-¿Qué dices, insensato?
(Los tres personajes se acercan al agujero y tratan de sacar el cofre, pero está encajado en la tierra y no pueden con él).
LABRADOR.-
-¡Por lo que más queráis, dejadlo ahí!
(Los tres personajes se acercan hasta el labrador).
PERSONAJE 1.-
-¡Si no quieres el tesoro, vete de aquí!
PERSONAJE 2.-
Márchate de aquí antes de que te demos una paliza, paleto.
LABRADOR.-
Es la muerte, -¿no lo entendéis?
PERSONAJE 3.-
Vete de aquí, majadero.
LABRADOR.-
(Saliendo).
Os arrepentiréis.
(Sale el Labrador con su azadón).
PERSONAJE 1.-
-¡Menudo loco!
(Se acercan hasta el agujero).
PERSONAJE 2.-
Necesitamos picos y palas para poder sacar el cofre.
PERSONAJE 3.-
Yo iré a buscarlas. Quedaos vosotros vigilando.
PERSONAJE 1.
No sea que venga ese labrador loco y nos robe lo que ya es nuestro.
PERSONAJE 3.-
Volveré pronto. Vigilad bien.
(Sale Personaje 3).
PERSONAJE 1.-
-¿El tesoro será suficiente para los tres?
PERSONAJE 2.-
Siempre es mejor repartir entre dos que entre tres…
PERSONAJE 1.-
Yo siempre llevo conmigo mi cuchillo.
PERSONAJE 2.-
Dejemos que él baje al agujero.
PERSONAJE 1.-
Y en cuanto tengamos el tesoro arriba.
PERSONAJE 2.-
Dejaremos que descanse.
PERSONAJE 1.-
Para siempre.
(Ríen ambos).
(Entra Personaje 3, viene con un pico y una pala; también trae un hatillo).
PERSONAJE 3.-
-¿Y esas risas?
PERSONAJE 1.-
Imaginamos lo que vamos a hacer en cuanto tengamos el tesoro.
PERSONAJE 3.-
Bien… Además de las herramientas, he traído algo de comida. -¿Queréis que comamos primero o que saquemos el tesoro? Yo preferiría comer.
PERSONAJE 2.-
Saquemos primero el tesoro.
PERSONAJE 3.-
Pero antes de irnos, comeremos.
PERSONAJE 1.-
De acuerdo, pero comienza tu, nosotros hemos quedado rígidos de esperarte al frío.
(Sin mediar palabra alguna, Personaje 3 arremete contra el agujero con la pala y en muy poco tiempo ha hecho crecer tanto el agujero que apenas si lo vemos).
PERSONAJE 3.-
Creo que ya podemos sacar el cofre.
PERSONAJE 1.-
Espera, bajo con mi cuchillo. Intentaré abrir el cofre.
(Personaje 1 salta al agujero, escuchamos un grito y al poco el cofre asoma por el agujero).
PERSONAJE 1.-
Ayúdame con el cofre. No voy a hacer yo todo.
(Personaje 2 tira del cofre hasta que queda fuera y sale Personaje 1 del agujero).
PERSONAJE 2.-
(Mirando hacia el agujero).
No podrá quejarse. Tiene una buena sepultura.
PERSONAJE 1.-
Comamos algo antes de cargar con el cofre.
(Ambos personajes se sientan en el suelo y desenvuelven el hatillo que trajera el Personaje 3. Se reparten la comida y comen en silencio durante un rato).
PERSONAJE 2.-
Esta comida está de muerte.
PERSONAJE 1.-
(Que se levanta del suelo).
Sabe bien, pero creo que me está sentando mal.
(Después de terminar su frase, Personaje 1 cae al suelo, muerto).
PERSONAJE 2.-
(Después de tomarle el pulso).
-¡Está muerto!
(Arrastra el cuerpo del otro y lo empuja dentro del agujero).
No puedo creer que nuestro amigo haya envenenado la comida. No, porque yo estoy vivo.
(Queda un momento en silencio mirando hacia el frente y cae desplomado dentro del agujero).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Ya os dije que la avaricia es muy mala consejera.
(Se asoma al agujero).
-¡Qué pena da verlos, con lo vivos que estaban al principio de la historia!
(Mira el cofre).
Creo que está clara la moraleja de la historia: el mayor tesoro es la vida.
(Pausa).
Aunque es una pena dejar aquí este tesoro.
(Agarra el cofre por un asa del extremo y lo arrastra consigo, saliendo poco a poco, hasta que sale del todo).
PRESENTADOR.-
(En off).
Si lo tengo dicho: la avaricia es muy mala…
Fin
Pablito y su pelota
Autora: Isabel Tapiador
(Se abre el telón y vemos a Pablito y sus tres amigos, Julieta, Roberto y Miguelito; los cuatro frente al público, cogidos de la mano.
La imagen recuerda una de esas cadenetas de papel de figuras repetidas, que se recortan con el papel doblado y al desplegarla tenemos la misma figura encadenada muchas veces; una “cadena de amigos”)
(Los cuatro amigos cantan y se mueven al compás, se cierran en corro, abren…)
La imagen recuerda una de esas cadenetas de papel de figuras repetidas, que se recortan con el papel doblado y al desplegarla tenemos la misma figura encadenada muchas veces; una “cadena de amigos”)
(Los cuatro amigos cantan y se mueven al compás, se cierran en corro, abren…)
TODOS.-
Un cuento os vamos a contar
Pablito y su pelota lo vamos a llamar.
Un cuento os vamos a contar
Pablito y su pelota lo vamos a llamar.
Tira de la cuerda
sube la escalera
no mires hacia abajo
que está la bruja fea.
Tira de la cuerda
sube la escalera
no mires hacia abajo
que está la bruja fea.
(Aplauden)
-¡Bravo, bravo!
JULIETA.-
-¡Venga, venga, deprisa, cada uno a su sitio! -¡Tenemos que empezar a contar el cuento!
ROBERTO.-
-¡Venga, deprisa!
MIGUELITO.-
-¡Deprisa, deprisa!
(Salen todos).
(Enseguida entra Pablito, como empujado por alguien).
JULIETA.-
(En Off).
-¡Que el cuento comienza contigo en escena!
PABLITO.-
Bueno, vale.
(Pablito se coloca en una esquina)
PABLITO.-
-¡Yo ya estoy en mi sitio!
(Una gran pelota es lanzada a escena y golpea a Pablito en la cabeza)
-¡Ay! -¡Siempre igual!
(Hacia la pelota)
-¡Cómo mola! -¡Tengo la pelota más grande y más chula de todo el barrio!
(Comienza a jugar con su pelota, la bota y rebota, se da mucha maña)
JULIETA.-
(Entra saltando)
Debajo un botón, ton, ton,
que encontró Martín, tin, tin…
-¡Hala, como mola!
(Pablito sigue con su pelota, como si nada)
Pablito, -¿conmigo quieres jugar?
PABLITO.-
No, no y no, la pelota es mía y de nadie más.
(Sigue jugando)
JULIETA.-
(Al público)
Julieta triste y callada se va.
(Comienza a irse triste y callada, se da media vuelta para mirar a Pablito, que sigue bota y rebota, Julieta se va)
(Pablito hace una pausa en su juego para mirar por donde se fue Julieta, pero enseguida grita “-¡carambola”! y comienza a lanzar la pelota que rebota aquí y allá en el teatrillo haciendo carambolas, por lo menos a tres bandas)
PABLITO.-
-¡Soy un fiera!
(Al público)
-¿Habéis visto eso?
(En una de éstas falla y la pelota se aleja, Pablito se queda quieto un segundo, incrédulo, y de inmediato sale de escena en pos de su pelota)
Un cuento os vamos a contar
Pablito y su pelota lo vamos a llamar.
Un cuento os vamos a contar
Pablito y su pelota lo vamos a llamar.
Tira de la cuerda
sube la escalera
no mires hacia abajo
que está la bruja fea.
Tira de la cuerda
sube la escalera
no mires hacia abajo
que está la bruja fea.
(Aplauden)
-¡Bravo, bravo!
JULIETA.-
-¡Venga, venga, deprisa, cada uno a su sitio! -¡Tenemos que empezar a contar el cuento!
ROBERTO.-
-¡Venga, deprisa!
MIGUELITO.-
-¡Deprisa, deprisa!
(Salen todos).
(Enseguida entra Pablito, como empujado por alguien).
JULIETA.-
(En Off).
-¡Que el cuento comienza contigo en escena!
PABLITO.-
Bueno, vale.
(Pablito se coloca en una esquina)
PABLITO.-
-¡Yo ya estoy en mi sitio!
(Una gran pelota es lanzada a escena y golpea a Pablito en la cabeza)
-¡Ay! -¡Siempre igual!
(Hacia la pelota)
-¡Cómo mola! -¡Tengo la pelota más grande y más chula de todo el barrio!
(Comienza a jugar con su pelota, la bota y rebota, se da mucha maña)
JULIETA.-
(Entra saltando)
Debajo un botón, ton, ton,
que encontró Martín, tin, tin…
-¡Hala, como mola!
(Pablito sigue con su pelota, como si nada)
Pablito, -¿conmigo quieres jugar?
PABLITO.-
No, no y no, la pelota es mía y de nadie más.
(Sigue jugando)
JULIETA.-
(Al público)
Julieta triste y callada se va.
(Comienza a irse triste y callada, se da media vuelta para mirar a Pablito, que sigue bota y rebota, Julieta se va)
(Pablito hace una pausa en su juego para mirar por donde se fue Julieta, pero enseguida grita “-¡carambola”! y comienza a lanzar la pelota que rebota aquí y allá en el teatrillo haciendo carambolas, por lo menos a tres bandas)
PABLITO.-
-¡Soy un fiera!
(Al público)
-¿Habéis visto eso?
(En una de éstas falla y la pelota se aleja, Pablito se queda quieto un segundo, incrédulo, y de inmediato sale de escena en pos de su pelota)
Oímos la voz de Roberto)
ROBERTO.-
-¡Miguelito, no tires tan fuerte, cuidado, el autobús!
ROBERTO.-
-¡Miguelito, no tires tan fuerte, cuidado, el autobús!
(Entra en escena un balón de fútbol, a la deriva y un autobús tocando la bocina. El balón es atropellado y revienta, pausa, el autobús sigue su camino)
(Entran Roberto y Miguelito)
ROBERTO.-
(Cogiendo lo que queda de su balón)
-¡Buah! Nos hemos quedado sin balón.
MIGUELITO.-
-¡Vaya un balón de pacotilla, no aguanta nada!
ROBERTO.-
-¡Hombre, que lo ha atropellado un autobús!
(Roberto tira los restos del balón, los dos amigos se sientan con la cara entre las manos, aburridos)
(Pasa por detrás de ellos Pablito, botando su pelota mientras avanza, les mira, muy chulo él, se para un poco más allá y sigue haciendo sus cabriolas)
ROBERTO/MIGUELITO.-
-¡Hala, cómo mola!
ROBERTO.-
-¡Pedazo de pelota!
MIGUELITO.-
-¡Cómo mola!
ROBERTO.-
Pablito, -¿nos dejas jugar contigo?
MIGUELITO.-
-¿Nos dejas, anda, nos dejas?
PABLITO.-
No, no y no, la pelota es mía y de nadie más.
(Roberto y Miguelito se miran)
ROBERTO.-
Roberto y Miguelito…
MIGUELITO.-
…Tristes y enfadados se van a cenar.
ROBERTO.-
-¿A cenar? -¡Vamos!
(Comienzan a salir, se dan media vuelta para mirar a Pablito, que sigue con lo suyo, se van)
(Pablito mira hacia donde se han ido, la luna sube en el cielo y queda prendida)
PABLITO.-
(Bosteza)
-¡Uaaaahhh! -¡Qué sueño!
Bueno, me tumbo aquí un poquito a descansar y luego puedo seguir con mi pelota.
(Entran Roberto y Miguelito)
ROBERTO.-
(Cogiendo lo que queda de su balón)
-¡Buah! Nos hemos quedado sin balón.
MIGUELITO.-
-¡Vaya un balón de pacotilla, no aguanta nada!
ROBERTO.-
-¡Hombre, que lo ha atropellado un autobús!
(Roberto tira los restos del balón, los dos amigos se sientan con la cara entre las manos, aburridos)
(Pasa por detrás de ellos Pablito, botando su pelota mientras avanza, les mira, muy chulo él, se para un poco más allá y sigue haciendo sus cabriolas)
ROBERTO/MIGUELITO.-
-¡Hala, cómo mola!
ROBERTO.-
-¡Pedazo de pelota!
MIGUELITO.-
-¡Cómo mola!
ROBERTO.-
Pablito, -¿nos dejas jugar contigo?
MIGUELITO.-
-¿Nos dejas, anda, nos dejas?
PABLITO.-
No, no y no, la pelota es mía y de nadie más.
(Roberto y Miguelito se miran)
ROBERTO.-
Roberto y Miguelito…
MIGUELITO.-
…Tristes y enfadados se van a cenar.
ROBERTO.-
-¿A cenar? -¡Vamos!
(Comienzan a salir, se dan media vuelta para mirar a Pablito, que sigue con lo suyo, se van)
(Pablito mira hacia donde se han ido, la luna sube en el cielo y queda prendida)
PABLITO.-
(Bosteza)
-¡Uaaaahhh! -¡Qué sueño!
Bueno, me tumbo aquí un poquito a descansar y luego puedo seguir con mi pelota.
(Se tumba con su pelota, desaparece lentamente hacia abajo… sube lentamente, ahora Pablito está encaramado a la pelota, abrazado a ella con brazos y piernas, la pelota sube, sube… vuela por la escena… desaparece…)
(…Vuelve a entrar, Pablito sigue encaramado, pero la pelota ya no es pelota, ahora es una nube, una nube gris, de tormenta, sale de escena…)
(…Vuelve a entrar, Pablito sigue encaramado, la nube está lloviendo y es bastante más pequeña que antes, desaparece…)
(…Vuelve a entrar, Pablito flota en la escena, debajo de él ya no hay nada, oímos una voz que le llama: “-¡Pablito!”. Pablito despierta, de da cuenta de que está en el aire y cae, a cámara lenta, a la vez que la luna, hasta desaparecer)
(…Vuelve a entrar, Pablito sigue encaramado, pero la pelota ya no es pelota, ahora es una nube, una nube gris, de tormenta, sale de escena…)
(…Vuelve a entrar, Pablito sigue encaramado, la nube está lloviendo y es bastante más pequeña que antes, desaparece…)
(…Vuelve a entrar, Pablito flota en la escena, debajo de él ya no hay nada, oímos una voz que le llama: “-¡Pablito!”. Pablito despierta, de da cuenta de que está en el aire y cae, a cámara lenta, a la vez que la luna, hasta desaparecer)
(Volvemos a oír la misma voz y a Pablito:)
MADRE.-
(En Off).
-¡Pablito! Despierta, vas a llegar tarde al colegio.
PABLITO.-
(En Off).
-¡Ya voy, ya voy, ya voy! -¿Y mis amigos?
MADRE.-
(En Off).
Tus amigos estarán en el colegio. -¡Date prisa!
(Entra en escena Pablito, con una gran mochila a la espalda; se nota que lleva su pelota guardada en ella).
PABLITO.-
(Al público)
-¡Qué susto! Me caía y me caía y estaba solito.
(Entra Julieta con su mochila, se queda parada al ver a Pablito)
PABLITO.-
-¡Hola, Julieta!
JULIETA.-
-¡Hola!
PABLITO.-
-¿Conmigo quieres jugar?
JULIETA.-
(Dudosa)
Sí…
PABLITO.-
(Contento, le enseña su pelota, que ha metido en la mochila)
Mira lo que tengo, en el recreo podemos jugar.
(Julieta palmotea contenta y le da un beso en la mejilla, entran Roberto y Miguelito, con sus mochilas)
ROBERTO.-
-¿Qué hacéis?
MIGUELITO.-
-¿Qué hacéis?
PABLITO.-
-¡Mirad lo que tengo!
(Les enseña la pelota)
ROBERTO.-
Ya lo sabemos.
MIGUELITO.-
-¿Y qué?
PABLITO.-
Que podemos jugar juntos… si queréis.
(Pausa)
MIGUELITO.-
-¡Cómo mola!
TODOS.-
-¡Cómo mola!
MADRE.-
(En Off).
-¡Pablito! Despierta, vas a llegar tarde al colegio.
PABLITO.-
(En Off).
-¡Ya voy, ya voy, ya voy! -¿Y mis amigos?
MADRE.-
(En Off).
Tus amigos estarán en el colegio. -¡Date prisa!
(Entra en escena Pablito, con una gran mochila a la espalda; se nota que lleva su pelota guardada en ella).
PABLITO.-
(Al público)
-¡Qué susto! Me caía y me caía y estaba solito.
(Entra Julieta con su mochila, se queda parada al ver a Pablito)
PABLITO.-
-¡Hola, Julieta!
JULIETA.-
-¡Hola!
PABLITO.-
-¿Conmigo quieres jugar?
JULIETA.-
(Dudosa)
Sí…
PABLITO.-
(Contento, le enseña su pelota, que ha metido en la mochila)
Mira lo que tengo, en el recreo podemos jugar.
(Julieta palmotea contenta y le da un beso en la mejilla, entran Roberto y Miguelito, con sus mochilas)
ROBERTO.-
-¿Qué hacéis?
MIGUELITO.-
-¿Qué hacéis?
PABLITO.-
-¡Mirad lo que tengo!
(Les enseña la pelota)
ROBERTO.-
Ya lo sabemos.
MIGUELITO.-
-¿Y qué?
PABLITO.-
Que podemos jugar juntos… si queréis.
(Pausa)
MIGUELITO.-
-¡Cómo mola!
TODOS.-
-¡Cómo mola!
(Se colocan formando la cadeneta de cuatro, se lanzan la pelota de uno a otro, diciendo cada uno su nombre cuando lanza y continúan lanzando, la pelota bota y rebota, canturrean:)
PABLITO.-
-¡Pablito!
JULIETA.-
-¡Julieta!
ROBERTO.-
-¡Roberto!
MIGUELITO.-
-¡Miguelito!
TODOS.-
Este es nuestro cuento,
se cuenta en un momento,
ya somos amigos
y estamos tan contentos.
Este es nuestro cuento,
se cuenta en un momento,
ya somos amigos
y estamos tan contentos.
(Aplauden)
-¡Bravo, bravo!
(Se dan media vuelta manteniendo la cadeneta y salen de escena mientras repiten la cantinela)
PABLITO.-
-¡Pablito!
JULIETA.-
-¡Julieta!
ROBERTO.-
-¡Roberto!
MIGUELITO.-
-¡Miguelito!
TODOS.-
Este es nuestro cuento,
se cuenta en un momento,
ya somos amigos
y estamos tan contentos.
Este es nuestro cuento,
se cuenta en un momento,
ya somos amigos
y estamos tan contentos.
(Aplauden)
-¡Bravo, bravo!
(Se dan media vuelta manteniendo la cadeneta y salen de escena mientras repiten la cantinela)
La Manta
(En la escena vemos una casa en un extremo y en el otro una farola. Estamos en el exterior de una calle cualquiera, de un pueblo cualquiera).
(Entran el Marido y la Esposa).
MARIDO.-
Mi padre lleva viviendo con nosotros 14 años. Ya no lo soporto más.
ESPOSA.-
Pero es tu padre…
MARIDO.-
Él eligió ser padre y cuidó de mí 25 años. Yo no elegí ser hijo y ya llevo 14 cuidando de él. Es insoportable.
ESPOSA.-
No debes olvidar que es tu padre.
MARIDO.-
Porque es mi padre llevo cuidándolo tantos años. Y yo voy a morir pronto si continúa viviendo con nosotros. Me es imposible sufrir por más tiempo.
ESPOSA.-
No puedes echarlo a la calle…
MARIDO.-
Pues lo tengo decidido. O él o yo.
(Entran ambos en la casa).
(El Abuelo y el Marido salen de la casa. Primero el Abuelo, que camina renqueante y luego el otro).
MARIDO.-
Padre, salid ya de mi casa. Te he mantenido por más de 12 años. Vete a donde quieras.
ABUELO.-
Hijo, no me eches. Soy viejo y estoy enfermo.
MARIDO.-
El tiempo ya pasó, padre. Vete y no vuelvas.
ABUELO.-
Dame al menos una manta para abrigarme. Si no, moriré de frío.
MARIDO.-
Accedo a eso, para que veas que buen corazón tengo. -¡Hijo, ven aquí!
HIJO.-
(En off).
-¡Espera que estoy liado con algo!
MARIDO.-
-¡Qué salgas de una vez te digo!
HIJO.-
(En off).
-¿No prefieres que entre?
MARIDO.-
-¡Que salgas, alcornoque!
(Sale el Hijo de la casa).
HIJO.-
Tranqui, papa. Haberme dicho antes que estabas enfadao…
MARIDO.-
Entra en casa…
HIJO.-
Pero papa, si acabo de salir. -¿Me haces salir para decirme que vuelva a entrar?
MARIDO.-
-¡Santa paciencia la mía! Ve al armario y coge una manta y se la das al abuelo.
HIJO.-
-¿Y pa’qué?
ABUELO.-
Tu padre me echa de casa.
HIJO.-
-¡Anda, será bruto!
MARIDO.-
Y date prisa con la manta, si no quieres que te eche a ti también.
(Y dicho esto Marido entra en la casa).
HIJO.-
Mi padre es bruto.
ABUELO.-
Sí, hijo; pero date prisa con la manta, que voy a terminar congelándome. Ya no hay nada que hacer.
HIJO.-
Espera, abuelo; voy a por la media manta.
(Entra el Hijo en la casa).
ABUELO.-
-¿Media manta?
(Sale el Hijo de la casa).
HIJO.-
Aquí tienes la media manta. Ve y sé feliz. Y no te olvides de darme las gracias cuando termine el cuento.
ABUELO.-
-¿Qué dices?
HIJO.-
Que quiero que te alejes. Por lo menos, hasta donde la farola.
ABUELO.-
No te entiendo.
HIJO.-
Tú, arrea…
(El Abuelo, sin entender nada, se aleja del muchacho en dirección a la farola).
HIJO.-
-¡Papá, ven pa’cá, pa’que veas que buen hijo soy!
(El Marido sale de la casa).
MARIDO.-
-¿Qué quieres?
HIJO.-
Que ya le he dado al abuelo la media manta.
MARIDO.-
-¿Qué has hecho?, ve a donde está y dale también la otra mitad.
HIJO.-
Ni harto de bizcochos. La otra mitad la guardo para cuando tu seas tan viejo como el abuelo y te eche también de mi casa.
MARIDO.-
-¿Qué dices?
HIJO.-
Que me has enseñado la lección. Cuando seas viejo, te marcharás de mi casa para que no me molestes.
(Y sin decir nada más, el Hijo entra en la casa).
(El Abuelo al ver que su nieto entra en la casa, se separa de la farola y comienza a alejarse aún más de la casa).
MARIDO.-
(Para si mismo).
-¿Qué he hecho?
(El Abuelo está a punto de salir de la escena).
MARIDO.-
Padre, espere, no se vaya.
(Se acerca al trote hasta el Abuelo).
MARIDO.-
Tiene que perdonarme, padre; no sé qué es lo que me ha pasado. Por favor, vuelva usted a casa.
ABUELO.-
-¿Estás seguro?
MARIDO.-
No he estado tan seguro de algo en toda mi vida. Vamos a casa, que le prepararé una buena sopa para cenar.
(Los dos se acercan hasta la casa y al llegar el Marido entra en la casa).
MARIDO.-
Voy a hacerle una sopa estupenda.
(Entra en la casa).
(Sale el Hijo).
HIJO.-
-¿A qué tienes un nieto listo?
ABUELO.-
No puedo creer que tuvieses un plan así.
HIJO.-
Me lo enseñaste tu cuando me contaste el cuento aquel del Salomón que cortó por la mitad a un bebé que tenía dos madres.
ABUELO.-
No era exactamente así.
HIJO.-
Lo mismo da, abuelo; el truco salió, -¿no?; -¿y qué tienes que decir ahora?
ABUELO.-
Muchas gracias, nieto.
HIJO.-
Eso está mejor, y esta noche, en recompensa, me contarás el cuento aquel del cerdo que se comía a los tres lobitos.
ABUELO.-
No es exactamente así, nieto.
HIJO.-
Bueno, da igual; la cosa es que me cuentes uno de esos cuentos que tú sabes…
(Y entran ambos en la casa).
Fin
Guiones para títeres: El zapatero y las brujas
(Estamos en un bosque, suenan truenos y una música de misterio).
(Zapatero y Andrés pasan con sigilo de un lado al otro del escenario y salen).
(Un par de truenos después, vuelven a entrar).
ANDRÉS.-
Estoy seguro. Éste es el lugar.
ZAPATERO.-
-¿No te equivocas?
ANDRÉS.-
Aquí es dónde se reúnen las brujas que te roban todos los zapatos que tu fabricas.
ZAPATERO.-
-¿Y para qué quieren mis zapatos?
ANDRÉS.-
Para nada. Sólo lo hacen para fastidiar. A ti te roban los zapatos, al agricultor sus naranjas, y a los políticos su cordura. Sólo por fastidiar al prójimo.
ZAPATERO.-
-¿Y no podrías quedarte y ayudarme?
ANDRÉS.-
No podría, porque mucho miedo me daría.
(Y sin más, sale Andrés del lugar).
ZAPATERO.-
Aquí estoy, en la guarida de las brujas y sin ningún plan.
BRUJA 1.-
(En off).
Dame esa botella de una vez.
ZAPATERO.-
Si esa no es la voz de una bruja, yo no soy zapatero.
(Se esconde entre los árboles).
(Entran Bruja 1 y Bruja 2. La del número 2 lleva consigo una botella).
BRUJA 1.-
Te digo que me des esa botella.
(Bruja 2 da un trago de la botella. Inmediatamente comienza a desplazarse por el lugar a toda velocidad, como si en lugar de caminar patinase arrastrada por el viento).
(Además, la Bruja 2, aún con la botella consigo, grita y se ríe con voz malvada).
BRUJA 1.-
Cataplasma, -¡yo también quiero beber del brebaje diabólico!
(Bruja 2 tira la botella hacia Bruja 1, que la coge en el aire).
(Bruja 1 bebe con fruición de la botella. Después -y tras dejar la botella en el suelo-, al igual que la otra, se desplaza por el lugar como arrastrada por un viento invisible y maligno).
(Luego de un rato, salen ambas de escena).
(El Zapatero sale de su escondrijo).
ZAPATERO.-
-¿Y qué pasaría si yo bebiese también?
(El Zapatero se acerca y se aleja varias veces de la botella, hasta que al fin, decidido, agarra la botella y bebe de ella).
(Los truenos comienzan a sonar de nuevo y en uno de esos estruendos, el Zapatero, luego de sacudirse, desaparece y vuelve a aparecer de nuevo, -¡convertido en bruja!).
(Suena una música diabólica y Bruja Zapata se mueve por el lugar como empujada por el viento).
(Entran Bruja 1 y 2).
(Entre las tres ejecutan una danza al ritmo de la música que suena).
(Al cabo, se detienen y cesa la música).
BRUJA 1.-
Te damos la bienvenida al bosque de las brujas.
(Bruja 1 se acerca hasta Bruja Zapata, la abraza y la besa).
BRUJA 2.-
Bienvenida al lugar en el que la maldad es un arte.
(También 2, abraza y besa a Zapata).
ZAPATA.-
Sois muy amables…
BRUJA 1.-
Me pica la nariz.
BRUJA 2.-
Y a mí también las orejas.
BRUJA 1.-
Es alergia.
BRUJA 2.-
Somos alérgicas a los humanos.
BRUJA 1.-
Pero aquí no hay humanos.
1 y 2.-
(Al unísono).
-¡A… at… at… at… at… chissss!
ZAPATA.-
-¡Jesús!
BRUJA 1.-
-¿Lo ha dicho?
BRUJA 2.-
-¡Lo ha dicho!
1 y 2.-
No puedes decir eso.
(Y con gran estruendo desaparecen las dos y Bruja Zapata en el mismo clamor desaparece y vuelve a aparecer convertido en el Zapatero).
ZAPATERO.-
-¡Jesús!
1 Y 2.-
(En off).
Lo ha vuelto a decir.
(Se escucha una explosión y al lado del Zapatero aparecen varios pares de zapatos, cuantos más mejor).
ZAPATERO.-
-¡Mis zapatos!
(Se acerca hasta ellos y trata de cogerlos, pero se apartan de él y uno de ellos le da una patada en el trasero).
ZAPATOS.-
Podemos ir solos… Faltaría más… Ya somos mayores…
ZAPATERO.-
Bueno, de acuerdo; volvamos a casa.
ZAPATOS.-
Eso está mejor.
(El Zapatero se da la vuelta y camina en dirección a su casa. Los zapatos comienzan a seguirlo. Al poco, otro le patea también el trasero).
(El Zapatero se vuelve hacia los zapatos).
ZAPATOS.-
Fue el de la talla 43… anda, chivato… Orden a pares…
ZAPATERO.-
-¡Zapatos que hablan y te patean el trasero!, -¡me voy a hacer de oro!
(Salen todos).
Fin
El gato que le tenía miedo a la noche
(Es de noche y el jardín está iluminado por la luz de la Luna. Entra el Gato Paco y se desliza por el lugar como si buscara algo, hasta que se detiene junto a unas plantas).
GATO PACO.-
Hola.
(Gato Tato salta desde la hierbas y queda mirando a Paco, a la vez que tiembla).
GATO TATO.-
-¡Me has asustado! Pensé que eras la Bruja de la Noche.
PACO.-
-¿Pero qué dices, compañero?, por lo que yo sé, no existe ninguna Bruja de la Noche.
TATO.-
-¿Ah, no?
(Mira al otro en silencio).
Es que no me gusta la noche y tengo miedo de que pueda pasarme algo.
PACO.-
-¿Miedo a la noche?
TATO.-
-¡Uhm!, sí.
PACO.-
Es curioso… Un gato que le tiene miedo a la noche.
TATO.-
No me gusta la noche y, además, no me gusta nada.
PACO.-
Vale, vale. Ven conmigo y te presentaré a unos amigos.
(Tato nada dice y tampoco se mueve).
-¿No me tendrás miedo, verdad?
TATO.-
No, a ti no.
PACO.-
Ven conmigo entonces. Te aseguro que mientras estés a mi lado no te pasará nada malo.
(Tato nada dice y tampoco se mueve).
Te lo prometo.
(Tato da un primer paso y luego salen ambos sin decir nada más).
(La escena se oscurece de inmediato y a los pocos segundos surgen dos haces de luz, que recorren la escena al azar. Son las luces de dos linternas. Ahora escuchamos las risas de un niño y de una niña, que son quienes juegan a iluminar la noche.
En uno de los recorridos de los haces de luz, ambos se juntan y vemos al Gato Paco).
NIÑO Y NIÑA.-
(A los que aún no vemos).
-¡Hala, si es el Gato Paco!
(La escena de ilumina ahora con la luz de la Luna, como cuando las nubes dejan de ocultarla, y vemos la escena completa: Rita y Daniel, que son los dos niños, el Gato Paco y la cabeza del Gato Tato oculto entre las hierbas).
(Rita y Daniel se acercan hasta el Gato Paco).
RITA.-
-¿Quién es tu amigo?
PACO.-
Es el Gato Tato, el gato que le tiene miedo a la noche.
(Rita y Daniel se acerca a Tato, aún escondido entre las hierbas).
DANIEL.-
Hola, Gato Tato… Yo creo que la noche es muy divertida.
(Tato se yergue desde su escondrijo).
TATO.-
-¿Y qué tiene de divertida?
RITA.-
Por ejemplo, que podemos jugar con nuestras linternas.
(La oscuridad regresa de nuevo, sólo rota por los haces de luces que recorren la escena. Al momento son cuatro los haces que corren, saltan, se encuentran y separan en la noche entre risas y gritos de emoción).
(Las nubes dejan de ocultar a la Luna, que generosa nos muestra el lugar con su luz).
(Los cuatro personajes están muy juntos).
DANIEL.-
-¿A que ahora la noche te parece más divertida?
TATO.-
Ha sido muy divertido.
PACO.-
El problema es que mi amigo cree que la Bruja de la Noche puede hacerle algo malo.
RITA.-
-¿De verdad?
TATO.-
Claro.
RITA.-
Vuelvo en un momento.
(Sale a todo correr).
TATO.-
-¿A dónde ha ido?
PACO.-
A lo mejor a buscar a la Bruja de la Noche.
(De inmediato, Tato se esconde entre las hierbas).
PACO.-
-¡Era broma!
(Entra Rita con un telescopio, con trípode y todo).
RITA.-
-¿Y el Gato Tato?
DANIEL.-
El Gato Paco le dijo que ibas a buscar a la Bruja y se ha vuelto a esconder entre las plantas.
RITA.-
Pero si he traído un telescopio.
TATO.-
(Que asoma entre las hierbas).
-¿Y qué tele es ésa?
RITA.-
Es para ver las estrellas. Ven. Verás qué emocionante.
(Tato se acerca hasta el telescopio y mira a través de él).
(Ahora la oscuridad es completa. Una estrella enorme recorre lo oscuro, luego un planeta de color rojo gira en el espacio y más tarde es un grupo de estrellas quien prueba figuras geométricas en la noche).
(Vuelve la luz y distinguimos al Gato Tato y a sus amigos alrededor del telescopio).
GATA MADRE.-
(En off).
No puede estar lejos.
GATO PADRE.-
(En off).
Miremos bien entre las plantas. Ya sabes que ahí es donde suele esconderse.
(Entran Gata Madre y Gato Padre y ven a Tato con sus amigos).
MADRE.-
-¡Vaya!
PADRE.-
Lo veo y no lo creo.
(Padre y Madre se acercan al grupo).
PADRE.-
Creíamos que estarías asustado y escondido.
TATO.-
Es que gracias a mis nuevos amigos empizo a creer que la noche puede ser divertida y emocionante.
MADRE.-
Eso está muy bien, hijo.
PADRE.-
Me he quedado como un Banco: lo oigo y no doy crédito.
MADRE.-
Podemos ir juntos a jugar al juego del queso.
TATO.-
-¿Y cómo es ese juego?
MADRE.-
Es en una casa muy cerca de aquí. Los que viven en ella esconden el queso cada noche y nosotros jugamos a encontrarlo, sin hacer nada de ruido.
PACO.-
Vaya, un juego divertido y sabroso.
MADRE.-
-¿Vamos?
TATO.-
-¡Claro!
(A sus nuevos amigos).
-¿Vamos?
RITA, DANIEL Y PACO.-
-¡Vamos!
(Salen todos, menos el Gato Padre, que se ha quedado inmóvil).
PADRE.-
Y yo como el feo: lo veo y no lo creo.
MADRE.-
(En off).
-¡Papá!
PADRE.-
-¡Voy! Lo veo y ni una gota meo.
MADRE.-
(Off).
-¡Papá no digas cochinadas! -¡Vamos!
PADRE.-
-¡Voy!
(Sale).
FIN
0 comentarios:
Publicar un comentario