Lo interesante de la escritura emergente es que no es un proceso disperso y desorganizado
sino que está caracterizado por distintas etapas de desarrollo.
De acuerdo con Ferreiro y Teberosky (1979), cada una de estas etapas refleja una cierta concepción que el niño o niña tiene respecto a lo que es la escritura y a cómo se ejecuta. En este sentido los garabatos, muchas de las rayas que los niños y niñas menores de 6 años hacen imitando la escritura de los adultos, y los dibujos que muchas veces “leen” a los adultos como si fueran texto, corresponderían a etapas de una evolución en la cual los niños y niñas van modificando sus concepciones lingüísticas.
De acuerdo con Ferreiro y Teberosky (1979), cada una de estas etapas refleja una cierta concepción que el niño o niña tiene respecto a lo que es la escritura y a cómo se ejecuta. En este sentido los garabatos, muchas de las rayas que los niños y niñas menores de 6 años hacen imitando la escritura de los adultos, y los dibujos que muchas veces “leen” a los adultos como si fueran texto, corresponderían a etapas de una evolución en la cual los niños y niñas van modificando sus concepciones lingüísticas.
Los niños y niñas pasan por diferentes etapas de escritura hasta alcanzar una escritura convencional o alfabética. Sin embargo, no todos lo hacen a la misma edad, y esto generalmente no significa que se encuentren fuera de un rango de desarrollo normal.
Ferreiro y Teberosky (1979) indican que hay 4 niveles en el desarrollo de la escritura, desde los cuáles se han desprendido las etapas que se presentan a continuación.
Ferreiro y Teberosky (1979) indican que hay 4 niveles en el desarrollo de la escritura, desde los cuáles se han desprendido las etapas que se presentan a continuación.
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