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lunes, 26 de marzo de 2018

Lateralidad, 6 Actividades que podemos hacer para su desarrollo



El cerebro tiene dos hemisferios simétricos, ambos actúan de manera coordinada y conjunta para efectuar las funciones mentales y proporcionar a la persona una imagen coherente de lo que le rodea. Las conexiones y relaciones entre ambos son necesarias para trabajar con agilidad mental y llevar a cabo los procesos mentales.
Dominancia y Lateralidad
Normalmente aparece una dominancia de un hemisferio sobre el otro. Esto es lo que se conoce como lateralidad.  La lateralidad es el predominio funcional de un hemisferio sobre el otro.
La lateralidad cruzada hace referencia a un predominio no homogéneo, es decir no aparece una dominancia definida de uno sobre otro. Estamos ante una lateralidad cruzada  cuando existe una lateralidad distinta de la manual para pies, ojos u oídos (por ejemplo mano derecha dominante, con dominio del ojo izquierdo).



  • Qué repercusiones puede tener la lateralidad cruzada
    La lateralidad no tiene nada que ver con un trastorno psicológico o de personalidad. Se trata de un modo de funcionamiento neurofisiológico cuyas repercusiones afectan al campo psicomotor. La lateralidad mal establecida, debe entenderse como un factor de riesgo que conviene conocer y analizar pero no como causa determinante de ningún tipo de dificultado problema.
    Síntomas de la lateralidad cruzada
    Suelen ir acompañadas de dificultades de atención, de organización espacio temporal, y los consiguientes problemas emocionales y de autoestima y, como consecuencias, sus dificultades en el rendimiento escolar.
    • Dificultad en la automatización de la lectura, la escritura o el cálculo.
    • Problemas para organizar de manera adecuada  el espacio y el tiempo.
    • Dificultad para ordenar la información.
    • Torpeza psicomotriz. Confusión para situarse a derecha o izquierda a partir del eje medio corporal.
    • Lentitud en el trabajo y en la  reacción.
    • Inversiones en el ordenamiento gráfico y lector
    Evaluación de la lateralidad cruzada
    Es fundamental hacer una detección precoz de la lateralidad cruzada. A partir de los 4-5 años podemos y debemos evaluar la lateralidad, para educar y prevenir cruzamientos. Aun así debemos considerar que en estas edades la lateralidad está en proceso de desarrollo y es normal encontrar datos contradictorios.
  • El objetivo de la evaluación es conocer la tendencia lateral natural del niño/a para guiar el desarrollo de la misma si se detectan cruzamientos. El problema no es diestro o zurdo, sino que la dominancias no sean homogéneas, no estén organizadas en el mismo lado.
    Tratamiento de la lateralidad
    La intervención para la lateralidad cruzada ha de estar adaptado a cada niño/a, teniendo en cuenta el origen, las dificultades y el funcionamiento neurológico habitual. Es importante tener cuidado para no ir en contra de este funcionamiento habitual, ya que podemos crear dificultades para la conexión entre ambos hemisferios. La terapia base es la reorganización neurofuncional.




Actividades que podemos hacer para el desarrollo de la lateralidad.

Las actividades propuestas sirven para estimular el desarrollo de la lateralidad y establecimiento de la dominancia. Con la estimulación conseguimos nuevas vías y un sistema nervioso organizado según era nuestro objetivo.
  1. Actividades de esquema corporal: señalar, reconocer y nombrar partes del cuerpo.
  2. Actividades de estructuración espacial: reproducir un modelo teniendo puntos de referencia, copia de un modelo sin referencias, reconocer errores en dibujos semejantes, reconocer la posición.
  3. Actividades de coordinación dinámica manual: lanzar y coger objetos, tirar a un blanco, abrir y cerrar la mano, coordinación, lanzar objetos de una mano a otra, construcciones, mantener objeto en equilibrio en una mano mientras se realiza otra acción con la otra mano, dibujos con los dedos.
  4. Actividades de refuerzo de la lateralidad: repasar la mano dominante, ubicación de objetos y personas con respecto a uno mismo, situar objetos a la derecha y a la izquierda, cerrar los ojos e identificar objetos a la izquierda y a la derecha, ejercicios de ritmo (que impliquen uso de la parte derecha o izquierda), recorridos marcados, situar objetos con respecto a otros objetos, localizar letras que estén invertidas, etc.
  5. Actividades de refuerzo de discriminación de grafemas (letras): crucigramas, sopas de letras, asociar letras iguales con flechas, reconocer palabras que tengan determinada letra, letras iguales a un modelo, etc.
  6. Actividades de refuerzo de la coordinación visomanual: movimientos oculares (hacia arriba, abajo, derecha, izquierda), movimientos de  un solo ojo, actividades de picado y de rasgado, recortar y pegar, pintar y colorear, calcar y dibujar, caminos y laberintos, etc.

Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga

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