Descubre las mejores estrategias para inspirar a tus alumnos y perderle el miedo a la escritura
El acto de escribir no suele interesarle a todos los alumnos. Algunos no logran expresar sus ideas como quieren, otros sienten mucha presión por hacerlo bien y hay quienes no disfrutan del momento de corrección. Por ello resulta un completo desafío para los docentes lograr las mejores técnicas para que sus alumnos se relajen y logren realizar trabajos escritos profundos e interesantes.
El acto de escribir no suele interesarle a todos los alumnos. Algunos no logran expresar sus ideas como quieren, otros sienten mucha presión por hacerlo bien y hay quienes no disfrutan del momento de corrección. Por ello resulta un completo desafío para los docentes lograr las mejores técnicas para que sus alumnos se relajen y logren realizar trabajos escritos profundos e interesantes.
Para los expertos, una de las mejores maneras es quitar la presión sobre la escritura y brindar espacios de relajación para que los alumnos escriban sobre el tema que deseen. De esta manera, tendrán el tiempo suficiente y la libertad necesaria para expresarse. Luego de ello, es importante brindarles un momento para que compartan y conversen sobre lo que escribieron con algunos compañeros. Así, podrán dismitificar la escritura como un acto solitario y encontrarse con nuevas realidades y pensamientos.
La creación de un espacio de escritura sin presión alguna hará que su creatividad se potencie. Según los expertos, es necesario no corregir los escritos libres para no crear frustraciones. Por el contrario, es menester fomentar la escritura non-stop. Es decir, olvidarse de borrar o tachar, y seguir escribiendo sin parar. Al finalizar, la revisión le permitirá pulir algunas cuestiones pero los motivará a continuar redactando.
La creación de un espacio de escritura sin presión alguna hará que su creatividad se potencie. Según los expertos, es necesario no corregir los escritos libres para no crear frustraciones. Por el contrario, es menester fomentar la escritura non-stop. Es decir, olvidarse de borrar o tachar, y seguir escribiendo sin parar. Al finalizar, la revisión le permitirá pulir algunas cuestiones pero los motivará a continuar redactando.
Por último, una vez que se fomenten estos espacios, será más fácil (y mucho más productivo) solicitar a los alumnos un trabajo extenso y profundo sobre algún tema específico. La única regla es, entonces: escribir, escribir, y escribir.
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