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jueves, 5 de abril de 2018

5 consejos para motivar a tus alumnos en clase



Motivar a tus alumnos en clase es posible. No hay nada más gratificante para un docente que conseguir captar la atención, la curiosidad y el interés de tus alumnos cuando impartes una sesión lectiva. En ocasiones nos quejamos de que nuestros alumnos demuestran poca motivación en aquello que les transmitimos y eso puede deberse a que no somos capaces de conectar con ellos.
Es por ello que este artículo tiene la intención de exponeros algunos consejos que me gusta tener presente a la hora de enfrentarme  a una sesión lectiva.



¿Cómo motivar a tus alumnos en clase?
1. Cooperativismo. El docente debe ser consciente de que el concepto de clase magistral, de explicación unidireccional como modelo único del proceso de enseñanza-aprendizaje está obsoleto. Con ello no quiero decir que debamos suprimirla. Lo que quiero decir es que cada vez más debemos abogar por un mayor cooperativismo dentro del aula, debemos conseguir que los alumnos sean parte activa de ese proceso de enseñanza-aprendizaje, que sean cosncientes de que forman parte de aquello que les transmitimos.
Y eso se consigue mediante el trabajo en equipo, mediante el aprendizaje cooperativo. En el aprendizaje cooperativo el alumno es parte activa de la sesión lectiva y el docente se sitúa en un segundo plano para organizar y asesorar a sus alumnos.
El cooperativismo ayuda a motivar a tus alumnos, porque se sienten partícipes de los contenidos que ofrece el docente. Fomentar el cooperativismo no sólo es un mecanismo útil para la motivación de los alumnos, sino que parte del principio de la Educación inclusiva, de una Educación de todos y para todos y en la que tiene cabida la heterogeneidad, la ayuda mutua, el apoyo y el sentido de pertenencia a una Comunidad.
Para saber más sobre cooperativismo os recomiendo el artículo titulado Colaborar vs. Cooperar en el aula.
2. Versatilidad. Siempre he pensado que el profesor es un profesional en constante evolución. Aquel profesor que no evoluciona se convierte en un docente monolítico y ello lo hace previsible, monótono y aburrido. No hay nada peor que un profesor previsible a la hora de motivar a los alumnos de un grupo.
Personalmente creo que la planificación no está reñida con la versatilidad. Un profesor versátil es aquel sabe adaptarse a las necesidades del grupo, que sabe cambiar la metodología en función de la múltiples circunstancias que tienen lugar en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Si el docente es capaz de adaptarse a todas las circunstancias que rodean a su grupo, conseguirá motivar a los alumnos y conectará mucho mejor con ellos.
3. Venta del producto. Los docentes somos algo parecido a unos comerciales. Sí, unos comerciales. Porque lo que hacemos es vender un producto, el del conocimiento. Y vender un producto, sea el que sea, no es fácil. El buen comerciante es aquel que es capaz de llegar al corazón del consumidor, que es capaz de convencerle con argumentos sólidos, que es capaz de hacerle creer que realmente necesita consumir ese producto.




Con los profesores pasa algo parecido. En la medida que seamos capaces de vender nuestro producto, el conocimiento, más venderemos. Haced que ese producto que es el conocimiento sea atractivo para vuestros alumnos, hacedles ver lo bueno que es, hacedles sentir la necesidad de consumirlo. Si lo conseguís, si conseguís vender vuestro producto, os aseguro que motivar vuestros alumnos no os supondrá ninguna dificultad.
4. Creación de expectativas. Personalmente, el hecho de crear expectativas es un factor que me parece clave a la hora de motivar a los alumnos. Si antes me refería a la importancia de vender nuestro producto, en este apartado me refiero al hecho de cómo envolvemos ese producto.
Y lo podemos envolver mediante la creación de expectativas. El hecho de crear expectativas en clase aumenta la curiosidad, el interés y, sobre todo, la atención de tus alumnos. Si consigues crear expectativas, tus alumnos estarán motivados a la espera de algo que tiene que ser sorprendente, diferente, especial. P
ero no olvidéis que estas expectativas en un momento u otro deben cumplirse, porque de no ser así pueden perjudicarnos y perjudicar al grupo. A mí me gusta crear expectativas de un día para otro y lo hago a través un una frase misteriosa, de la proyección de una imagen difuminada, diciéndoles que el próximo día les tengo reservada una sorpresa que les va a encantar… Os aseguro que funciona.
5. Refuerzo positivo incondicional. Esta expresión la aprendí hace ya algunos años en un curso que se impartió en mi centro. Fue una expresión que oí de un docente y que desde ese día me ha acompañado en todas las sesiones lectivas. Por refuerzo positivo incondicional entendemos el hecho de premiar y agradecer a nuestros alumnos su participación e interés en el aula.
Si antes hablaba de que la Educación debe transmitir conocimientos de forma bidireccional, el refuerzo positivo incondicional cobra más sentido que nunca. Debemos saber premiar, valorar y agradecer de forma explícita la interacción y la participación de nuestros alumnos.
Si de verdad queremos motivarles, debemos hacerles ver que son imprescibibles en el aula, que les valoramos enormemente, que contamos con ellos en todo momento, que tenemos en cuenta sus opiniones, y que agradecemos enormemente sus aciertos así como sus errores.
El refuerzo positivo incondicional consiste en dar a tus alumnos una inyección de moral, en fomentar su autoestima, en hacerles ganar en seguridad. Si así lo hacemos, conseguiremos que aumente su motivación.

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